En El Salvador se tienen registros desde mediados del siglo XV en los cuales, los escritos nos permiten conocer algunas de las labores a las cuales fueron asignadas las y los afrodescendientes esclavizados, quienes fueron robados de su tierra natal, obligados a involucrarse desde la invasión, a la construcción del ferrocarril, la producción de añil, la servidumbre, la corta del algodón, entre otras.

Su existencia histórica y actual, es negada rotundamente a pesar que, el Estado asumió la responsabilidad de tomar acciones en el marco del decenio internacional de la Afrodescendencia. Adicionalmente, la identidad afrodescendiente es aún muy desconocida en el imaginario popular de la sociedad salvadoreña.

Desde el año 2014, se le dio vida a un esfuerzo colectivo denominado día de la Afrodescendencia salvadoreña, el cual se conmemora el último sábado de agosto; dicha conmemoración, es producto de un largo trabajo de diversas organizaciones, colectivos, personas, que han articulado esfuerzos por la reivindicación de la historia y el legado de nuestra herencia negra,

Azul Originario trabaja activamente por promover, visibilizar y reivindicar la historia, el legado y la herencia negra en El Salvador.

SOMOS

AFRODESCENDIENTES

Reconocemos nuestra herencia, aprendemos de nuestra historia, reivindicamos nuestro legado, portamos con orgullo nuestros cabellos, nuestros tonos de piel, nuestros colores; rompemos con la negación y luchamos por nuestro reconocimiento y visibilización; motivando así a más personas al auto reconocimiento y determinación de nuestra identidad.

 Somos

SALVADOREÑOS

En El Salvador existen tres raíces: la indígena, la española/europea y la negra. El reconocimiento de esta diversidad étnica enriquece nuestra herencia, fortalece nuestros lazos entre pueblos y nos permite reconocernos desde una cosmovisión más amplia. Porque la sangre de nuestras ancestras y ancestro, vive y resiste en nuestros caminos de lucha, por la dignidad, reconocimiento y respeto.

y TAMBIÉN Somos

MUJERES INDÍGENAS

Por muchos años nos trataron de invisibilizar, de vernos solo en libros de historia, de mostrarnos en museos como piezas de algo que existió, pero ya no. Somos la semilla de nuestras ancestras y ancestros, somos mujeres orgullosas de nuestros orígenes, reivindicamos el papel histórico de nuestros pueblos indígenas. Honramos y respetamos a nuestra madre tierra y sus saberes, luchando por defenderla y protegerla.

Nemi siwatket ikman, ne estic pal tupal nelhuat nemi yultuk tic tupal ujti. Tay nemi kenaya shujna, shujna nemi yultuk.

Somos mujeres originarias, la sangre de nuestras raíces es vida en nuestro camino. Que estés siempre verde, verde es vida.